Al patio de la Sala El Cachorro se asoman los vecinos por las galerías que no pretenden ser corrala pero amagan, y le crecen palmeras y buganvillas entre bicicletas, aperos de teatro, tertulias y exposiciones.
Allí el pasado miércoles la amistad convocó un reunión en la que, a base de jugar con el tiempo de los relojes y calendarios y porque la primavera olvidó una noche en medio del otoño, el Jardín de Epicuro estuvo en Triana.
Carmen Rodríguez dio la entrada llenando el lugar de cariño y hondura. Convocó a poetas, escritores y filósofos, su voz los acogió e hilvanó con delicadeza un puñado de citas sobre la eternidad de lo efímero, y nos dio a saborear un texto que conviene no perderse: está en su blog.
Antonio Hurtado es maestro que no precisa de ceremonias. Bien plantado sobre las tablas de la experiencia nos recordó que, aunque los años pasen y pesen, siempre es tiempo de preguntar y preguntarse. Que siempre es tiempo de hacer, aunque a veces en el camino deshacemos. Y que para rehacer (¿o tal vez renacer?) basta con recordar al niñ* que en alguna ocasión fue feliz porque sintió que el tiempo no existía.
Después jugamos a que éramos otros. Epicuro, Kant, Nietzsche y Zambrano nos prestaron sus pensamientos y nosotros les pusimos caras de papel. Y así, tras la sincera farsa, todos nos convertimos en Aquellos del Jardín que es como se conoció a los seguidores del griego y su escuela así llamada, vecina a la Academia platónica. Y finalmente nos dimos al picoteo y la charla alegre en la que los relojes y los días no pintaban nada, solo el placer de estar allí.
Gracias a tod*s l*s que lo hicisteis posible regalándonos un pedazo de vuestro tiempo, lo que es igual a un momento de vuestra existencia. Porque ya sabéis que… tiempo, luego existo.
Nota sobre el uso del asterisco
* El uso del asterisco en lugar de la arroba para que las palabras escritas acojan los dos géneros, ha sido puesto en práctica por el escritor, poeta y tipógrafo Andrés Trapiello, que dice haberlo tomado de alguna pancarta en la Puerta del Sol durante el 15M. Argumenta que elude el tosco aspecto de lucha que la arroba presenta entre la a y la o, amén de ser más amplio y bello que aquella, prestándole un mejor servicio tipográfico al verdadero sentido de esta forma de escritura.
Nosotros nos adherimos a esta campaña en favor de la estrella voladita y animamos a ponerlo en práctica. Claro está, si lo consideran oportuno, pero esa es otra cuestión.
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